viernes, 27 de enero de 2012

Análisis de Marcel Proust de su obra : Por el camino de Swann








Trabajo Práctico de Literatura Extranjera 

Consignas:

  1. Analizar todos los aspectos narrativos relacionados con el tiempo (orden, duración, frecuencia) en el capítulo I de la novela de Marcel Proust En busca del tiempo perdido. Por el camino de Swann.
  2. Formular   una hipótesis interpretativa acerca de las funciones que cumplen estos aspectos y el efecto que persiguen con respecto al lector ( función ideológica, estética, sociológica)


  1. Marcel Proust expresa en su obra: Por el camino de Swann; la experiencia del tiempo. Éste atraviesa todas las vivencias de una conciencia que se encuentra así misma avanzando en su pasado y su represente al mismo tiempo: orden, duración y frecuencia.

(…) “aunque me durmiera en mi cama de costumbre, me bastaba con un sueño profundo que aflojar  la tensión de mi espíritu para que éste dejara escaparse el  plano del lugar en donde yo me había dormido, y al despertarme a medianoche, como no sabía en dónde me encontraba, en el primer momento tampoco sabía quién era; en mí no había otra cosa que el sentimiento de la existencia en su sencillez primitiva, tal como puede vibrar en el hondo de un animal, y hallábame en mayor desnudez de todo que el hombre de la cavernas; pero entonces el recuerdo-y todavía no era el recuerdo del lugar en que me hallaba, sino el de otro sitios en donde yo había vivido y en donde podría estar- descendía hasta mí como un socorro llegado de lo alto para sacarme de la nada, porque yo solo nunca hubiera podido salir; en un segundo pasaba por encima de siglos de civilización, y la imagen borrosamente entrevista de lámparas de petróleo, de las  camisas con cuello vuelto, iba recomponiendo lentamente los rasgos peculiares de mi personalidad.”(…)[1]

En esta cita del texto, Proust nos relata un estado inicial de la conciencia del personaje: “aunque me durmiera en mi cama de costumbre”; el despertar es un primer enfrentamiento con el caos del mundo. “y al despertarme a medianoche, como no sabía en donde me encontraba”, está es la situación inicial en la cual el despertar aparece como una iluminación del mundo; descrito por Proust,  es propicio para el retorno de las cosas “ y todavía no era el recuerdo del lugar donde me hallaba, sino el de otros sitios en donde yo había vivido y en donde podría estar”; es así que este personaje anónimo va recomponiendo lentamente los rasgos peculiares de su personalidad; para oponer el futuro hecho presente con la idea que uno se había hecho de él en el pasado. El mundo del personaje de Cambray desafía la linealidad a través de imágenes temporales reviviendo significaciones vitales atravesadas por una línea personal; es un personaje anónimo que en tiempo presente se conoce en su historicidad y está en una constante búsqueda en el doble sentido de la palabra. Del tiempo perdido y del tiempo que ocupa reconstruyendo su mundo.
Es decir el tiempo de Marcel Proust, el narrador se propone recuperar no sólo el pasado, sino a la vez el presente; es un tiempo que no encadena, un tiempo en estado puro frente a una conciencia no sujeta al tiempo.
 El narrador de Por el camino de Swann, el primer volumen, evoca en las primeras páginas sus siestas, sus paseos nocturnos en Tansonville, junto a la señora de Saint Loup, y confiesa que:
(..) la mayor parte de las noches la pasaba en rememorar nuestra vida en Combray, en casa de la hermana de mi abuela, en Balbec, en París, en Donziéres, en Venecia, en otra partes más, y en recordar los lugares, las personas que allí conocí, lo que vi de ellas y lo de que de ella me contaron”(…)[2]
 El verbo pasar está en tiempo pretérito imperfecto, y es que el narrador, en el presente de la obra, no evoca su vida; la esta escribiendo; evoca sus noches de insomnio, después del relato de Combray, el primer capítulo, el narrador nos dice:
“ y así me estaba muchas veces, hasta que amanecía, pensando en la época de Combray, en mis noches de insomnio...); y así avanza el libro, que nos cuenta su historia sin decirnos nada de su presente, sin permitirnos saber quién es él, cómo se llama



2. Por eso la intención de Marcel Proust, es la de vivir el tiempo pasado a través de la memoria, para él no hay mayor felicidad que la del recuerdo y dice que los verdaderos paraísos son los paraísos perdidos. Porque lo que la experiencia proustiana propone es, justamente, la posibilidad de liberarnos del tiempo, vivir aunque sólo sea un instante la experiencia del tiempo en estado puro, del tiempo fuera del acontecer humano. . en busca del tiempo perdido no debe entenderse como una novela autobiográfica, aunque está escrita en primera persona y se basa en recuerdos del autor, sino más bien como la reacción de una sociedad en decadencia que sirve también para provocar la reflexión sobre los sentimientos humanos, el Paso del tiempo a la creación artística.



[1] Marcel Proust. En busca del tiempo perdido. Uno. Por el camino de Swann. Editorial. Alianza. Madrid. 1983.p.14
[2] Marcel Proust.op.cit.p. 18

miércoles, 18 de enero de 2012

La lingüística antes de Saussure



  •    La gramática histórica comparada
  •    Los precursores de la ciencia lingüística


Los estudios sobre el lenguaje y las lenguas van evolucionando en función del universo del desarrollo científico e intelectual.
Las miradas que han sido objeto el lenguaje y las lenguas han tenido procedencia y enfoques diversos. Ya en la Grecia clásica encontramos tres tipos de acercamiento al fenómeno lingüístico:
  1. FILOSOFÍA: relaciones lenguaje y pensamiento “concepción del mundo”
  2. GRAMÁTICA: comprensión de texto “modelo del buen escribir”
  3. RETÓRICA: el arte de la persuasión “modelo del buen decir”.

Sólo a partir de los siglos XVII y XVIII aparecen discursos, teorías y estudios específicos que se preguntaban sobre el lenguaje en sí mismo, independientemente de su uso, de su corrección y del contenido de lo que ella expresa.
Lenguaje y Racionalismo: “pienso luego hablo”

En Francia comenzaron  a elaborarse las primeras Gramáticas Generales que se propusieron enunciar los principios universales del lenguaje.
Que era visto como medio de expresión y de representación del pensamiento.
Esta concepción de los gramáticos deriva de la creencia de una lógica universal, ligada a la filosofía cartesiana, así como los juicios atribuían una propiedad a una cosa; las lenguas se servían de palabras para designar cosas sustantivos, propiedades  adjetivos y el acto mismo de designar verbos.

Lenguaje e historicidad “todo es historia”

A fines del siglo XVIII, aparece un nuevo enfoque del lenguaje el historicismo alemán, que se dedicó a estudiar las transformaciones de las lenguas.
Los cambios surgen de las necesidades internas de las mismas, en un comienzo estudiaron la evolución de las palabras aisladas luego pudieron establecer leyes fonéticas.
Los avances de esta lingüística histórica favorecieron las apariciones de la gramática comparada o comparatista.

Lenguaje y cientificismo

En la segunda mitad del siglo XIX un grupo de lingüística alemanes introdujeron en la lingüista histórica los principios del positivismo se llamaron a sí mismo neogramáticos.
Analizaron los cambios lingüísticos a través de las épocas para llegar a leyes fonéticas.
El positivismo los llevó a aprobar como única causa verificable el cambio lingüístico ese cambio en un período histórico limitado.

¿Ruptura o continuidad?

En las diferentes escuelas que estudiaron al lenguaje durante los SXVIII y XIX, encontraron algunos problemas de orden general que atañen al lenguaje.
En los estudios anteriores a Saussure hay un acercamiento al lenguaje como totalidad es decir como fenómeno independiente con las lenguas particulares.
En así que los comparatistas históricos aportaron la idea de que el lenguaje es un organismo vivo que se desarrolla con la historia y en él se producen cambios permanentes.
Los neogramáticos aportaron el intento aunque fallido de otorgar rigurosidad científica a los estudios lenguaje.

El fenómeno lingüístico como sistema

  •   La teoría Sausssureana.
  •  El objeto de estudio de la lingüística: lengua y habla.


En busca del objeto de la lingüística Saussure se verá llevando a trabajar teóricamente el concepto de lengua distinguiéndola del lenguaje y adjudicándole una función primordial.
Para comenzar con está tarea era necesario delimitar el objeto ¿cómo delimita el objeto?
Partiendo que el lenguaje presenta múltiples aspectos (sonidos, ideas, lo social y lo individual); Saussure nos afirma que el lenguaje es “multiforme y heteróclito” que puede ser estudiado a través de distintas perspectivas: físicas, fisiológicas, psíquicas, social e individual.
Dentro del lenguaje, existen dos elementos llamados lengua y habla; esto permitirá a Saussure deslindar el objeto de estudio: la lengua
A partir de la dicotomía de lengua y habla Saussure separa lo que es esencial de lo individual; y lo que es esencial de lo que es accesorio.

Saussure afirma que la lengua es:
  1. producto social
  2. conjunto de convecciones
  3. sistema adquirido
  4. sistema de signo
  5. autónoma independiente del habla
  6. homogénea
  7. enfoque sincrónico
  8. parte social del lenguaje.
  9. objeto que se puede estudiar separadamente.
Y el habla es
  1. heterogénea
  2. psico-físico: incluye la fonación
  3. acto momentáneo.
Ambas lengua y habla, están estrechamente ligadas y se suponen mutuamente es necesario la lengua para que el habla sea comprensible y produzca todos sus efectos; como también es necesario el habla para que la lengua se establezca



El Signo Lingüístico

Para Saussure el sistema de la lengua consiste en un conjunto de elementos solidarios llamados signos.
La unidad lingüística es una cosa doble, hecha con la unión de dos términos implicados en el signo lingüístico.
Ambos términos son psíquicos y están en nuestro cerebro por un vínculo de asociación.
Lo que el signo lingüístico une no es una cosa con un nombre sino un concepto y una imagen acústica.
La imagen acústica: no es el sonido material, sino la huella psíquica, la representación que de él nos da el testimonio de nuestro sentido, es la imagen sensorial no material.
El concepto es la idea de la cosa, es más abstracta.
El signo lingüístico es una identidad de dos caras:

1.Concepto
2.Imagen acústica

  • Saussure reemplaza estos términos por nombres que se relacionada, porque a su vez se opongan.
  •  Signo es entonces significado concepto y significante imagen acústica.


El significado es una idea asociada a una cadena de sonidos el significante, por ejemplo: la idea (Sgdo) que tenemos de “elefante” asociado a los sonidos “e-l-e-f-a-n-t-e”.
El significante ha sido considerado la parte material (para oponerla al concepto) del signo; el Sonido y permite que el significado se haga presente.
Lo arbitrario del signo
El lazo que une el significante al significado es arbitrario. Cuando surgió la primera lengua, podría haberse elegido cualquier sonido (significante) para expresar cualquier concepto (significado).
La prueba de está arbitrariedad es que al parecer, distintas Lenguas desarrollaron
Diferentes signos, diferentes vínculos entre significante y significado.
Que el signo lingüístico es arbitrario, no debe dar idea que el significante depende de la libre elección del hablante (no está en el individuo cambiar nada en un signo una vez establecido por un grupo lingüístico); sino que es inmotivado, es decir arbitrario, con relación al significado con el cual no guarda ningún lazo natural, por ejemplo el significado contenido en el signo “perro” se une a distintos significantes en distintas lenguas: en inglés “dog”.
El símbolo designa el signo lingüístico, lo que nosotros llamamos el significante, no está vació, hay un vínculo entre Sgte. y Sgdo.: es inmotivado. El símbolo de la justicia es la balanza, que no podría reemplazarse por otro objeto por Ej.:.. un “carro”
Carácter lineal del significante
El significante por ser de naturaleza auditiva, se desenvuelve en el tiempo únicamente, en el tiempo y toma los caracteres que toma el tiempo, representa una extensión y esa extensión es mensurable en una sola dimensión, es una línea.
Los significantes acústicos: no disponen más que de una línea de tiempo, se presentan uno tras otro y forma una cadena.
Un significante hablado: es tan lineal como uno escrito, porqué basta que abarque más de un sonido para que se de una secuencia temporal, eso lo vuelve lineal.


Inmutabilidad y mutabilidad del signo

El sgte. es arbitrario en relación con el sgdo., pero con respecto a su uso por la comunidad es impuesta y obligatoria. En este sentido el signo es inmutable pues resiste al cambio.
Los factores que lo hacen inmutable  es:
  •     Ser producto de factores históricos
  •  El carácter arbitrario del signo
  •   La complejidad del sistema de la lengua y la multitud de signos que la constituyen.


El tiempo que asegura la continuidad de la lengua tiene otro efecto el de alterar más o menos rápidamente los signos lingüísticos. Ambos hechos son solidarios: el signo está en condiciones de alterarse porque se continúa.
Nuevos vínculos Sgte/Sgdo. pueden reemplazar a los antiguos y agregarse a estos. Por ejemplo en le pasado “marea” sólo significadaza aumento y descenso periódico del nivel del mar; hoy también significa “multitud”, “cantidad”.
Si el signo no fuese arbitrario, nunca habían aparecido los nuevos significados de “marea”.
Sean cuales fueren los factores de alteración, ya obren aisladamente o combinadazas siempre conducen a un desplazamiento de la relación Sgdo.-Sgte.
Es por ello, que el tiempo el que muestra el efecto de fuerzas sociales que obran en la lengua cambie. De ahí que el signo sea mutable.


Sistema y valor

Para Saussure lo arbitrario del signo está directamente relacionado con la noción de sistema y valor; mejor dicho: sistema de valores.
El valor de un signo es el lugar que ocupa en el sistema en relación con los demás signos.
En un sistema se define por  el lugar que ocupan, por aposición a los otros elementos del sistema, a los otros signos.
El valor de un término “esta determinado por lo que lo rodea”; un término es “lo que los otros no son”.
La lengua es un sistema de valores puros, afirma Saussure, en el que la identidad de cada unidad tiene un aspecto material y un aspecto conceptual.
Desde el punto de vista material: lo que importa en la palabra no es el sonido mismo sino las diferencias fónicas que permite distinguir  a un palabra de otro, pues son ellas las que llevan significación: por ejemplo la palabra “lago” significa lo que significa porque es diferente de “mago”,”hago”, “vago”. Al comienzo de cada palabra hay diferencias mínimas de sonidos que permite que cada palabra presente una diferencia de significación.
En el plano del concepto: Saussure afirma que no hay ideas dadas de antemano, sino valores que emanan del sistema, una de las características primordiales es la de ser lo que los otros no son. En castellano por ejemplo: la palabra “pez” tiene la misma significación que la palabra “fish” en inglés; pero sin embargo amabas palabras no tienen el mismo valor. ¿Porqué? Por que mientras que en la lengua castellana hay casos en que en lugar de “pez” utilizamos la palabra “pescado” (para designar un plato de comida) en inglés se usa “fish” para todos las situaciones.
*           Lo que se puede observar en estos dos ejemplos es que cada uno de los elementos de la lengua adquiere su valor a partir de la relación con el resto.

Sincronía y Diacronía

La lingüística puede estudiarse en un momento cualquiera o estudiar su evolución en el tiempo.
Saussure habla de dos formas de analizar el lenguaje: la sincronía(al mismo tiempo) y la diacronía (a través del tiempo).
Un estudio sincrónico, examina las relaciones entre los elementos coexistentes de la lengua y en consecuencia independiente de cualquier factor temporal.
Muestra el estado del sistema de la lengua. La noción de sistema implica que presentará dicho como una totalidad de elementos interactuantes.
Un estudio diacrónico, describe una evolución y sólo le interesan ciertos fragmentos de estados del lenguaje en distintos momentos.
Para un lingüista, que apunta a hacer una descripción completa de un lenguaje, el análisis sincrónico y diacrónico van separados; pero para la comunidad de hablante no.
Cuando se pone por escrito o se verbaliza al sistema una lengua, sólo intervienen elementos sincrónicos. Nadie necesita conocer la historia de una lengua para dominar su sistema. Los diacrónicos, no alteran al sistema como tal.
En relación a los siguientes conceptos, Saussure da como ejemplo la comparación entre el juego de la lengua y una partida de ajedrez.
  •      En uno y otro caso estamos frente a un sistema de valores y asistimos a sus modificaciones.
  •   Un estado del juego es similar al estado de lengua.
  •   Las piezas tienen un valor relativo a su posición en el tablero, del mismo modo que en la lengua cada término tiene u valor relativo a su posición con todos los demás.
  • Tanto el ajedrez como la lengua se rigen por convecciones que preexisten a cada movimiento y subsisten luego de él.
  •  La comparación falla en un punto: el jugador de ajedrez tiene la intención de ejecutar el movimiento y modificar el sistema.
  •  La lengua sin embargo no pre-limita nada, sus piezas se desplazan, se modifican espontánea y fortuitamente.


Relaciones sintagmáticas y paradigmática

Saussure afirma que la lengua es una red de relaciones, y establece dos tipos de relaciones a los que denominó sintagmática y asociativa.
Relaciones sintagmáticas (en el discurso), cuando hablamos o escribimos, las palabras se ordenan linealmente, esto es una detrás de la otra, no podemos pronunciar dos palabras a la vez.
Esta cadena de palabras se denomina sintagma y en ella cada signo tiene relaciones con otros signos presentes (de orden, de concordancias).
El sintagma se compone siempre de dos o más unidades consecutivas, por ejemplo: “re-leer”, “no está en casa” etc.
Colocados en un sintagma un término solo adquiere su valor porque se opone al que precede o al que le sigue o a ambos.
Las conexiones sintagmáticas son en “presencia”, se apoya en dos o más  igualmente presentes en una serie efectiva.
Relaciones asociativas o paradigmáticas (fuera del discurso), cuya sede está en el cerebro, que une un término por asociación mental. Sí la palabra “enseñanza” hará surgir inconscientemente en el espíritu otras palabras: “educación”, “educador”, etc. ; por u lado o por otro, todas tienen algo en común.
Estas cadenas asociativas, que son infinitas, se denominan paradigma.
La conexión asociativa une un término “en ausencia”, pues depende  de una serie de encadenamiento virtual delimitada por la memoria y la asociación.


Escuelas Lingüísticas

Escuela de Praga

Saussure distinguía el sonido material del significante material; y comprendía que la delimitación de los sonidos en la cadena hablada sólo puede basarse en la impresión acústica; pero Saussure no advirtió la necesidad de una disciplina específica que estudie los elementos diferenciales, destacados por el oído.
Esto será efectuado por el ruso Trubetzkoy partiendo de oposición lengua y habla (Saussure), distingue una ciencia que debe ocuparse de los sonidos del habla y una disciplina que debe ocuparse de los sonidos de la lengua.
El primero sería la fonética, estudia los factores materiales de los sonidos que el hablante percibe, pues son éstas las que permiten distinguir el sentido de las palabras. Luego en 1929, aparece una tesis con el concepto de lenguaje como un sistema funcional, como ciencia estructural y funcional.
Entre sincronía y diacronía /(dicotomía Saussereana) pone de  relieve la unidad entre ciencia del lenguaje y ciencia literaria.

Escuela de Copenhague

Los miembros de este círculo entre los que se contaban con Lous Hjelmslev, criticaron la fonología paraguense, acusaban de establecer el sistema de los fonemas sólo a partir de “ideas de los sonidos” y “del sistema de la lengua”.
En su lugar propusieron una ciencia que trate de los fonemas exclusivamente como elementos de la lengua de la lengua a la que llamaron “Cinemática” del griego “Cenema” vació.
Hjelmslev, tiene una posición Formalista- positivista que consiste en retomar los temas Saussereanos y desarrollarlos en una perpectiva lógica y rigurosa.
Así como Saussure el signo tiene dos caras: Significado/Significante; Hjelmslev distingue dos planos en le lenguaje contenido-expresión.
Saussure afirma que la “lengua es una forma y no una sustancia”; a partir de esto, Hjelmslev distingue en forma y sustancia de la expresión y forma y sustancia del contenido.
*      Sustancia de contenido: en una lengua natural es el pensamiento.
*      Sustancia expresión: puede ser gráfica, fónica, código de banderas rtc.

Y la dicotomía lengua y habla es asimiladaza por dos modelos de alcances general el sistema (lengua), y el proceso (habla).



Escuela Funcional

Esta escuela da prioridad a la función de la comunicación del lenguaje.
El método funcional, es una aplicación operacional del Significante/Significado, que consiste en las clasificaciones que el propio hablante percibe en la comunicación corriente.
Martinet propone para tal motivo la doble articulación del lenguaje.
La primera articulación, abarca tanto el plano de la expresión como en el plano del contenido y sus unidades los “los monemas”
La segunda articulación se limita al plano de la expresión, y es la que construye la propia unidad significativa a partir de unidades sucesivas mínimas no significativa los “fonemas”


Estructuralismo

El estructuralismo: la lengua, su objeto de estudio

Una de las corrientes dominantes de la primera mitad del siglo XX en las ciencias sociales es el Estructuralismo.
Su objeto de estudio. La lengua, que es caracterizado como la parte del lenguaje que puede ser analizadaza en función de constituir un sistema de signo social, psíquico y convencional.
La lengua forma un sistema ¿qué es un sistema? Un sistema es una totalidad en sí mismo que se define por las relaciones que podemos establecer entre las partes que lo conforman.
Si la lengua es una disposición sistemática de partes; los estructuralistas determinan unidades para disponerlas de modo tal que den cuenta de la estructura  de la lengua.
¿Qué es una estructura? Es un principio de organización de las partes, es decir las formas. Estas formas son analizadas a partir de los diferentes niveles en los que se agrupan.
La noción de nivel lingüístico, sirve para establecer el procedimiento de análisis a seguir.
Las unidades del sistema se definen por el conjunto de relaciones que sostienen con otras unidades y por oposiciones en las que participan.
La lengua es un sistema de relaciones y oposiciones.
La tarea del estructuralista es llevar a cabo la descripción de los diferentes niveles de análisis de forma ordenada. ¿Cómo se realiza ese orden? El orden se realiza en unidades menores a unidades mayores que engloban o justifican las anteriores.
El estudio lingüístico, empieza cuando las formas descriptivas son abstraídas a partir de relaciones opositivas para dar cuenta del sistema de una lengua determinada.
Las formas del sonido es tarea del primer nivel fonológico, las unidades del nivel fonológico: los fonemas (permiten distinguir significados), pasan luego a integrar al nivel superior: morfológico y es parte de la gramática, describe las formas, que constituyen en las palabras.
El morfema es la unidad mínima significativa.
El nivel de descripción siguiente, el de las funciones gramaticales: sintaxis.
Así como las formas del sonido integran las formas de las palabras, como así también las formas de las palabras se integran formando una unidad mayor la: oración.

¿Qué perspectiva adopta el estructuralismo?
Adoptar una perspectiva estructuralista del estudio del lenguaje es recortar un objeto de estudio: la lengua, encontrar un principio de organización: la estructura y establecer la metodología para llevar a cabo dicha organización: los niveles de análisis lingüísticos.

Principios y métodos del Estructuralismo

1.      Principio de inmanencia: fundamenta la “lingüística como ciencia de la lengua y ciencias de las lenguas”, significa que el lingüista limita voluntariamente su objeto de estudio de los enunciados realizados cuya estructura es definida por la organización y la interdependencia de los elementos internos, sin recurrir a los factores que la constituyen y la realizan el sujeto y la situación. La teoría del sujeto y la teoría del contexto permiten informar a cerca de la interpretación semántica que el emisor y receptores dan a una forma lingüística.
  •  El siguiente principio hace referencia que el Estructuralismo tiene como objeto de estudio: la lengua; porque es estudiable y sistemática, como también tiene un principio de organización: los niveles de análisis lingüístico.


2.      Descripción de la reglas del código que constituyen la lengua: se trata de definir sólo por la combinatoria interna un sistema abstracto común a la totalidad de los locutores y que se realiza dentro de variantes individuales, en infinitas actualizaciones; pero que en todos los casos son manifestaciones de una estructura.
  •  Hace relación a la gramática generativa siendo está un sistema de reglas que asigna descripciones estructurales a las oraciones que cada hablante de una lengua ha llegado a interiorizar y dominar, una gramática generativa que exprese su conocimiento de su lengua.
  •     Una Gramática generativa determina una asociación de representaciones fonéticas y semánticas.


3.      Irreductibilidad de los códigos: cada lengua forma un todo distinto a los demás códigos. El estructuralismo define al signo lingüístico sometido a dos arbitrariedades:
  1.   Relación entre objeto significado y signo.

  Relación entre el significante y significado.
De estas dos arbitrariedades salen dos nociones:
  1. Distinción entre forma-Sustancia
  2.  Principio de Isomorfismo: existencia de dos formas paralelas que atañen a iguales tipos  de análisis: Forma de contenido.


Partiendo de Saussure, Hjelmslev ha elaborado, el hecho de la lengua distingue dos planos solidarios:
1.      el de la Expresión (relacionado con el significante)
2.      el del Contenido (relacionado con el significado)

En el plano de la expresión: aparecen fonemas, acentos, entonación.
Y en el plano del contenido: todo lo referente a las categorías gramaticales y de las unidades de significación. Por otra parte Hjelmslev en cada uno de los planos determina dos niveles Sustancia y Forma.


4.      los métodos del análisis estructural: el enunciado se lo define como una combinación de elementos, el código presenta una serie de rasgos jerarquizados (fonemático, morfemático); en los que cada unidad es determinada por sus combinaciones en el rango superior. Al plantear que la lengua se describe en términos de rango, el estructuralismo define un método, denominado: Taxonómico o clasificación de unidades, equivale a instituir clases de equivalencias.
Que se articulan con dos ejes que atraviesan de algún modo el conjunto; siendo ellos: Taxinomía sintagmática: la unidad definida por los segmentos que la preceden o que la siguen en la cadena hablada.
Y la última taxonomía paradigmática.

Los aportes Chomskyanos

Chomsky, explica la capacidad del hablante para entender enunciados nunca emitidos antes en una lengua. Adopta un enfoque mentalista, porque para su teoría el aspecto esencial del lenguaje (competencia/conocimiento) existe en la mente de los hablantes.
El conocimiento del lenguaje involucra la capacidad de entender y producir, un infinito de oraciones a partir de un conjunto finito de reglas; este sistema de reglas puede analizarse a través de los componentes sintáctico, fonológico y semántico.

La lingüística generativa-transformacional -estructura profunda y superficial

La gramática generativa transformacional, según Chomsky refiere a una descripción de la competencia tácita del hablante-oyente en la producción y comprensión del habla.
Por lo tanto Chomsky llamó gramática generativa a un sistema de reglas que asigna descripciones estructurales a las oraciones que cada hablante de una lengua ha llegado a interiorizar y dominar; una gramática generativa que exprese su conocimiento de su lengua.

La gramática generativa: Chomsky aborda el análisis de la lengua y para ello parte de principio de que todo enunciado de una lengua es un producto o resultado de una operación creadora.
Y el método de análisis de los enunciados se basa en la aplicación y desarrollo de tres conceptos:
1.      la estructura superficial
2.      la estructura profunda
3.      las transformaciones gramaticales.

Chomsky distingue en le análisis de los enunciados dos niveles:
1.      el orden sintagmático: lo entendido o percibido por el hablante es estructura superficial.
2.      las reglas que hacen nacer a la estructura superficial, combinadas o transformadas en el acto de la actuación son complejas, las que subyacen en el conocimiento de la lengua es llamada estructura profunda.

Por ejemplo: “Dios invisible ha creado el mundo visible”; este enunciado pertenece a la Actuación (habla) y por lo tanto, a la estructura superficial.
Los gramáticos del S.XVII señalaban que en esta frase simple, el oyente podía percibir un sistema compuesto por tres juicios, por tres proporciones a saber:

1.      “Dios es invisible”
2.      (Dios) ha creado el mundo.
3.      (el mundo) visible.

Al sistema de estas tres proposiciones se llamará, pues: estructura profunda.
  •       Cada una de las tres proposiciones expresa una relación muy simple del tipò sujeto-predicado.
  •       En la estructura superficial tenemos:

      Sujeto complejo: Dios invisible
      Predicado complejo: ha creado el mundo visible.
  •       En la estructura  profunda:


Sujeto: “Dios”/ Predicado: “es invisible”

Sujeto: “Dios” / Predicado: “ha creado el mundo”

Sujeto: “el mundo” / Predicado: “es invisible”

El último término: “las transformaciones gramaticales, que son operaciones que justifican el paso de la estructura profunda a la superficial, la estructura profunda se relacionan con la estructura superficial por medio de ciertas operaciones mentales; por ejemplo: “Dios invisibles ha creado el mundo visible”. Por medio del pronombre relativo “que”: “dios que es invisible…” el pronombre “que” proporciona las transformaciones gramaticales; como se puede observar en la frase anterior no esta explícito esta latente en la estructura profunda, en el sistema virtual, o sea son operaciones mentales.

bibliografía

Saussure  Ferdinad. Curso de lingüística General. 
Arellano Fernando.Historia de la Lingüística de Sussure a Chomsky

martes, 17 de enero de 2012

Planificación: Didáctica de la Semiolingüística



Nivel: 9 año EGB3
Área: Lengua
Eje Nº 3: escritura
Tema: Realismo

ü     Objetivos generales:  escucha atenta y lectura frecuente de textos literarios
ü     Objetivos específicos: determinar a partir de los movimientos romántico y realismo en poesías y novelas.

Contenidos conceptuales: realismo: características. Textos ficcionales; poesía  y novelas. Realismo: ficción- realidad

Contenidos procedimentales: Género lírico. Recursos: imágenes poéticas y sus efectos. El yo lírico- yo social.

Contenidos actitudinales: Valoración del trabajo cooperativo, la imaginación y la creatividad

Secuencia de Actividades

Introducción
Partiendo de los saberes previos en relación al Romanticismo, donde se trabajó “Don Juan o el Convidado de piedra” de Moliére,  partiremos en esta clase qué es y cuales son las características del Realismo.

Desarrollo
Por medio del cuadro Juanito de Berni  y trabajando paralelamente el fragmento de la novela Oliver Twist de Charles Dickens; veremos las características (docente-alumnos)



a)     Una de las características del realismo es la minuciosa observación del mundo, para los realistas el arte debía basarse en la observación detallada del hombre y de las circunstancias; esta observación debía realizarse en tres niveles: natural, psicológico y social.
 Teniendo en cuenta estas características qué niveles (natural,  psicológico y social)  detalla la obra “Juanita y su hermanita”
b)     Teniendo en cuenta los datos aportado por la artista. ¿cuál es el compromiso social que falta para que “Juanita y su hermanito” dejen de ser indigente?
c)      Lectura del fragmento de Oliver Twist de Charles Dickens.
d)     Sí para los románticos la literatura debía estar al servicio de la expresión de las pasiones, para los realistas está misma escritura debía ser sobria, concisa y eficaz en la transmisión de lo que se proponía expresar. ¿Qué denuncia Dickens en su obra? Enuméralos.
e)     Realizar una comparación de el yo poético en el texto literario: “Oda de un Ruiseñor” de John Kyats y el yo social  con “El cristo de los villeros” música y letra de Zito Segovia y Rogelio Baruffaldi.
Cierre
En conjunto, se realizara una puesta en común, compartiendo sobre lo que se ha realizado en la clase, aclarando por parte de las docentes dudas, preguntas etc.

Evaluación:
La evaluación contemplará el desarrollo y la adquisición de la competencia comunicativa, atendiendo a las habilidades del uso de la lengua: hablar-escuchar/leer-escribir. Por lo tanto se evaluarán los dominios y las capacidades de comprensión y de expresión oral y la compresión y estrategias en los procesos de lectura y de escritura de los textos literarios.


lunes, 16 de enero de 2012

RECURSOS EXPRESIVOS (figuras literarias, retóricas o estilísticas)*



La lengua literaria se sirve de la lengua común, pero hay en el que la utiliza, el escritor, una voluntad de estilo. Según Dámaso Alonso, “estilo es todo lo que individualiza a un ente literario”. A la vista de este concepto de estilo se evidencia que hay mucho más que los recursos retóricos para determinar el estilo de un texto. Aquí pretendemos recoger alguno de los recursos más usuales; sin olvidar que en los texto en verso es necesario tener presente, además, la medida, el valor de los acentos, las rimas, las pausas y la configuración estrófica.
I.                   RECURSOS FÓNICOS.

Aliteración.
Consiste en la repetición de la misma consonante, vocal o sílaba dentro de una misma unidad sintáctica o métrica. Esta repetición puede dar lugar a:
                  Eufonía. Sonidos agradables al oído:
                             “Con el ala aleve del leve abanico”  R. Darío.
                  Cacofonía. Sonidos desagradables:
                             “Méjico pájaro regio” R. Darío.
                  Onomatopeya o armonía imitativa.  Imitación de sonidos reales:
                             “En el silencio solo se escuchaba
                             un susurro de abejas que sonaba.”  Garcilaso de la Vega.
Paranomasia.
Consiste en poner cerca dos palabras de sonido parecido, pero de significación distinta. Con ello, se obliga al lector a hacer un esfuerzo intelectual y se subraya el contraste entre conceptos:
                             “Creemos los nombres
                             derivarán los hombres.”  Juan Ramón Jiménez.

Calambur.
            Agrupación de dos o más palabras con el mismo o muy parecido cuerpo fónico y significados distintos:
                                   “¿Este es conde? Sí, este esconde
                                   la calidad y el dinero.”  Ruiz de Alarcón.




I.                   RECURSOS MORFOSINTÁCTICOS O GRAMATICALES.

A.  Figuras de posición.

            El criterio distintivo de estos recursos es su posición dentro del contexto sintáctico o métrico, ya sea por una ruptura de la disposición habitual o  por la insistencia en esa  disposición  habitual.

Hipérbaton.  (Pl, hipérbatos)
            Consiste en separar dos palabras estrechamente unidas desde el punto de vista sintáctico, intercalando entre ellas otro miembro de la oración (que puede constar de una o más palabras) que no pertenece a ese lugar:
                        “Vinieron de diablos por ella gran gentío.”  G. de Berceo.

Paréntesis.
            Corresponde al hipérbaton en un contexto mayor. Consiste en interponer un elemento extraño a la construcción de la frase:
                        “Cayó rendido
                        -luz sin fuego-
                        entre las nubes.”  Manuel Machado.

Mixtura verborum.
            Es otra variante del hipérbaton. El escritor crea un caos sintáctico que exige un gran esfuerzo intelectual del receptor:
                        “De este, pues, formidable de la tierra
                        bostezo, el melancólico vacío
                        a Polifemo, horror de aquella sierra,
                        bárbara choza es, albergue umbrío”  L. de Góngora.

Paralelismo (isocolon).
            Consiste en la correspondencia constructiva de varias partes, siempre plurimembres, de un todo sintáctico:
                        “A sus suspiros, sorda,
                        a sus ruegos, terrible,
                        a sus promesas, roca.”  Tirso de Molina.

Quiasmo.
            Consiste en la posición cruzada de elementos correspondientes:
                        “Si es que mueres en él o en él empiezas”  Jorge Guillén.

Retruécano (quiasmo complejo).
            Es un procedimiento expresivo en el que confluyen diversas figuras: la repetición, la antítesis y el quiasmo. Consiste en el repetición de los mismos elementos, pero invirtiéndolos de forma cruzada y simétrica para generar un sentido antitético:
                        “¿Siempre se ha de sentir lo que se dice?
                        ¿Nunca se ha de decir lo que se siente?  F. de Quevedo.


Correlación.

            Correspondencia sintáctica o conceptual entre los miembros de dos o más conjuntos estructurados de forma similar:
                        “Ni en este monte, este aire, ni este río
corre fiera, vuela ave, pece nada” Góngora.
            Una variante de este recurso muy usada en el Siglo de Oro es la llamada correlación diseminativo-recolectiva. En ella los elementos “correlativos” que se han ido diseminando a lo largo de la composición acaban recopilados o recolectados en el verso final. Véase “Mientras por competir con tu cabello” de Góngora o “El humo que formó cuerpo fingido” de Lope de Vega.

B.  Figuras de repetición.

Geminación.                     
            Repetición literal de una palabra o grupo de palabras al principio, en el interior o al final de una unidad sintáctica o métrica:
                        “Abenámar,  Abenámar
                        moro de la morería”.   Anónimo.

Anadiplosa (anadiplosis o reduplicación).
            Repetición del último miembro  de un verso o grupo sintáctico al comienzo del siguiente:
                        “Oye, no temas, y a mi ninfa dile, dile que muero”  Villegas.

Concatenación.
            Está constituida por  la continuación de una anadiplosa que implica una gradación:
                        “No hay criatura sin amor
                        ni amor sin celos perfecto
                        ni celos libres de engaño
                        ni engaños sin fundamento.” Tirso de Molina.

Epanadiplosis.
            Una frase o verso empieza y acaba con la misma palabra:
                        “Verde que te quiero verde” Lorca.

Anáfora.
            Consiste en la repetición de elementos al principio de dos o más versos o frases:
                        “Temprano levantó la muerte el vuelo,
                        temprano madrugó la madrugada,
                        temprano estás rodando por el suelo”  M. Hernández.

Epífora.

            Repetición al final.

Polisíndeton.
            Construcción idéntica de miembros coordinados:
                        “Ven que quiero matar o amar o morir o darte todo”  V. Aleixandre.



Poliptoton.
            Modificación flexiva (morfemas constituyentes de la categoría gramatical a la que afecte: género o número en el sustantivo; persona, número, tiempo o modo en el verbo, etc) del cuerpo léxico de una palabra:
                        “Gemit, gemiendo, gemir
                        gemit mis esquivos llantos” Lope de Stúñiga.

Derivación.
            Consiste en la repetición de la misma raíz etimológica en palabras distintas. Se confunde con el recurso anterior:
                        “Y yo sueño, en mis sueños, con una patria nueva”  J.R. Jiménez.

C. Figuras de omisión.

Elipsis.
            Consiste en la omisión de uno o varios elementos de la oración que se sobrentienden gracias al contexto:
                        “Lo bueno, si breve, dos veces bueno”  B. Gracián.

Zeugma.
            Uso de un elemento sintáctico común para varias unidades análogas. El elemento común puede aparecer al principio, en medio o al final del periodo:
                        “Ay, me estabas tú viendo,
                        pero un puño de cal paralizaba
                        mi lengua pies y manos.”  R. Alberti.
Asíndeton.
            Agrupación sin conjunciones de elementos coordinados. Al omitir las conjunciones, se da mayor vigor a la frase y se consigue la ilusión de movimiento:
                        “Alegre, fértil, vario, fresco prado.”  Herrera.
           

            Para terminar el apartado morfosintáctico, también hemos de tener presente que en el lenguaje literario adquieren especial relevancia:

·        La frecuencia de aparición de las distintas categorías gramaticales.
La abundancia de sustantivos y adjetivos produce el llamado “estilo nominal” que es el propio de la descripción y da un ritmo lento al escrito. En el uso del adjetivo hay que poner especial atención a los epítetos.
Por otro lado, la presencia de verbos de acción produce dinamismo y rapidez; su ausencia, reposo y lentitud.

·        El valor expresivo de los afijos.
Siempre es interesante hacer notar los matices aportados por los morfemas facultativos, en especial por los diminutivos, despectivos y aumentativos.

·        El tipo de construcción oracional.

Cuando abundan las oraciones simples, el estilo es más sencillo y directo que si nos encontramos con largos periodos oracionales que dan solemnidad al discurso.
                 
III   RECURSOS LÉXICO-SEMÁNTICOS.


Sinonimia.
            Consiste en la repetición del concepto ya expresado con otro término:
                        “En cárceles de espacio, aéreas llaves
                        te me encierran, recluyen, roban.”    Gerardo Diego.

Gradación.
            Se trata de la aparición de elementos cuya intensidad semántica va en aumento o disminución (gradación ascendente o descendente):
                        “En tierra, en humo, en polvo, en sombra, en nada”  Góngora.

Pleonasmo.
            Consiste en añadir palabras innecesarias para la comprensión del texto, pero que pueden aumentar la expresividad:
                        “Y vano cuanto piensa el pensamiento.”  Lope de Vega.

Diáfora, dialogía o equívoco.
            Se trata de repetir una palabra polisémica de manera que en cada ocasión adquiera un significado distinto. También puede tratarse de palabras homónimas.
“Los estafadores [...] hurtaban el rostro ante los recién llegados, quizás por hurtar algo” R. J. Sender.

“Algún día los hierros
de tus balcones
presenciaron a solas
yerros mayores.”  Anónimo.

Epíteto.
            Con este término se designa el adjetivo explicativo que expresa una cualidad del sustantivo. Según G. Sobejano, es epíteto cualquier adjetivo que acompaña a un sustantivo, delante o detrás de este, “para expresar una cualidad propia o accidental del mismo sin necesidad lógica de expresarla”. El rasgo esencial del epíteto es que se trata de un adjetivo no necesario; sin embargo, la manera de utilizarlo indica la capacidad de observación y expresión del hablante, su visión imaginativa o afectiva de la realidad y ciertas peculiaridades de su personalidad.
            Hay diferentes clases. Se habla de epíteto típico cuando el adjetivo de nota una cualidad propia o esencial al sustantivo: “helada nieve”, “noche oscura”. A veces se confunde este adjetivo con el llamado epíteto constante, que se asocia de manera fija a un sustantivo (“manso cordero”); su empleo puede ser un signo de pobreza expresiva y de carencia de originalidad. En la literatura grecolatina y en la medieval se designa  como epíteto épico a ciertos adjetivos con los que, de forma ritualizada, se exalta una cualidad del héroe o se fustiga un vicio de sus enemigos: “buen Campeador”, “burgalés complido”. Se habla también de epíteto metafórico, cuando el adjetivo implica una metáfora: “nevadas plumas” por blancos cisnes.

Arcaísmo y neologismo.
            Consiste, respectivamente, en la utilización de un término en desuso o de reciente acuñación, en vez del correspondiente en el lenguaje usual. Es difícil determinar  si una palabra es arcaica o neológica, pues su antigüedad o novedad se  deben medir a partir de los hábitos contemporáneos a la fecha de creación de la obra.

Los tropos.

            Constituyen un grupo especial dentro de los recursos del ámbito léxico-semántico. La característica común que comparten es que  en ellos el signo lingüístico ha sufrido un giro en su significado. La discrepancia entre la significación habitual de una voz y la que resulta de su empleo trópico produce una tensión en el emisor, que se ve obligado a reconstruir para sí la significación contextual del tropo. Si el tropo se hace habitual (se lexicaliza), ya no produce tensión; pero también puede darse el caso contrario,  que la relación entre el signo sustituido y el que lo sustituye permanezca irreconocible y el receptor no comprenda (obscuritas).
            El empleo de los tropos representa, por su propia naturaleza, una interpretación de la realidad y contribuye poderosamente a la esteticidad de los textos.

Perífrasis.
            Consiste en expresar un concepto mediante un rodeo en vez de hacerlo con la palabra que lo designa directamente. Da a conocer rasgos relacionados con el concepto que trata de comunicar que con la designación directa pasarían desapercibidos, al tiempo que embellece el estilo:
                        “Doméstico es del sol nuncio canoro” (‘gallo’)  Góngora.

Metonimia.

            Se trata de la sustitución de un término por otro con el que guarda una relación real  de:
a)      Causa-efecto (o viceversa). La causa puede ser una persona (autor, propietario, inventor, divinidad...) o una cosa:
Lo visitó Venus” (por el amor)
      “Tiene un Goya” (por un cuadro de Goya)
      “Respeto las canas” (por la vejez).
b)      Continente-contenido. Incluye también la sustitución  lugar-habitantes y parte del cuerpo- propiedad:

“Tomemos una copa”

“No tiene corazón”
c)      Otras relaciones. La sustitución puede basarse en otro tipo de relaciones con la condición de que éstas sean reales, por ejemplo, el instrumento por el que lo maneja: “Es un espada muy afamado” por “torero”).

Sinécdoque.
            Es una especie de metonimia. Consiste en la sustitución de una expresión semánticamente más amplia por otra más restringida, o al revés. Se fundamenta en las relaciones de coexistencia entre el todo y sus partes. Esta interrelación suele concretarse en tres grupos:
a)      La parte por el todo o viceversa.
“¡Oh luna, cuánto abril! (‘primavera’)  J. Guillén.
“Francia (‘el ejército francés’) fue vencida en Pavía”
b)      La especie por el género.
“No sabe ganarse el pan”. (‘Los alimentos’)
“Los mortales no se consuelan”. (‘Las personas’)
c)      El plural por el singular.
“El español es valiente”.  (‘Los españoles’).

Antonomasia.

            Es una variante de la perífrasis y la sinécdoque. Consiste en sustituir el nombre propio, histórico o mitológico por una perífrasis:
                        “La ciudad del Guadalquivir” (‘Sevilla’).
                        “La de los rosados brazos” (La diosa Aurora).
            Una variante de este recurso consiste en que el nombre propio sustituya a un apelativo:
                        “En ventura Octaviano;
                        Julio Cesar en vencer
                        e batallar”                  J. Manrique.
Litote.
            Se trata de la sustitución de una expresión por la negación de su contrario:
                        “El aire se serena
                        y viste de hermosura y luz no usada”  F. Luis de León.
Hipérbole.
            Uso de un término que valora o describe las cosas fuera de sus proporciones normales. Engrandece o empequeñece las cualidades o las acciones exageradamente:
                        “Con mi llorar las piedras se enternecen” Garcilaso de la Vega.
            Se usa con frecuencia para producir efectos irónicos y grotescos:
                        “Érase un hombre a una nariz pegado”  Quevedo.

Metáfora.
            Consiste en nombrar un elemento con otro término con cuya significación presenta una relación de analogía. Tiene como base la comparación.
            La división tradicional distingue entre metáforas impuras, en las que se conserva el término real (A) y metáforas puras, donde éste ha desaparecido.
            Podemos establecer varias fórmulas:
1.      A es B (metáfora impura): “Mi corazón es una almohada negra”
2.      B es A ( idem): “Donde el vacío es luna”. Consigue más intensidad.
3.      A de B (idem): “Los suspiros se escapan de su boca de fresa”
4.      B de A (idem): “Tocando el tambor del llano.”
5.      A, B (metáfora impura aposicional): “El otoño: isla de perfil estricto”.
6.      A, B, B’, B’’ (met. imp. descriptiva o impresionista): “Por el olivar venía, bronce y sueño, los gitanos.” El plano real da lugar a más de una evocación.
7.      Metáfora superpuesta. Una evocación va provocando otras:
Nuestras vidas son los ríos
que van a dar a la mar
que es el morir.”        Manrique.
8.      B en lugar de A (metáfora pura). Desaparece el término real:
“Enhiesto surtidor de sombra y sueño” (‘un ciprés’). G. Diego.





Sinestesia.
            Consiste en atribuir la sensación propia de un sentido corporal a una realidad que no se percibe a través de éste. Es una figura relacionada con la metáfora y frecuentemente vinculada a ella: “sonido azul”, “sabor aterciopelado”.

Ironía.

            Es un procedimiento por el que se afirma o se sugiere lo contrario de lo que se dice con las palabras, de forma que pueda quedar claro el verdadero sentido de lo que se piensa.. Es un recurso fundamental en la literatura humorística y satírica. Cuando contiene una burla despiadada recibe el nombre de sarcasmo. En general, la expresión irónica va acompañada de una determinada entonación para que sea percibida como tal. En la lengua escrita, el lector debe descubrirla a través del contexto.

Alegoría.
            Es la metáfora continuada. Se designa también con el nombre de metáfora textológica. Un ejemplo tradicional es la introducción de Los Milagros de Nuestra Señora  de Berceo.

Eufemismo.
            Se trata de la sustitución de un término tabú (expresión que se considera hiriente, inoportuna o “peligrosa”) por una expresión menos comprometedora:
                        “El enemigo malo” (‘demonio’)  Berceo.
                        “Pasar a mejor vida” (‘morir’)



IV  LAS FIGURAS DE PENSAMIENTO


Figura de pensamiento es un concepto de la retórica clásica que engloba un número grande y discutido de recursos. Estos son difícilmente clasificables según el criterio de los niveles lingüísticos porque, aunque queden plasmados a través de determinados mecanismos fónicos, gramaticales o léxico-semánticos; la base de cada figura no está en esos procedimientos, sino en el modo de pensamiento o en la intención de afectar al receptor del mensaje  que reflejan.
A pesar de lo dicho  y dado que afectan a la significación, pueden estudiarse en el nivel semántico.


Acumulación.
            Consiste en la enumeración de una serie de palabras, sintagmas o proposiciones interrelacionados por su función análoga y complementaria en la descripción de un personaje, acontecimiento o situación. Aunque la hemos descrito como enumeración, ésta es otra figura estilística e implica mayor orden y organización de los elementos  que se citan.
            Proponemos como ejemplo de acumulación la reflexión antifeminista de Sempronio ante Calixto en La Celestina:
                        “Pero destas otras, ¿quién te contaría sus mentiras, sus tráfagos, sus cambios, su liviandad, sus lagrimillas, sus alteraciones, sus osadías? Que todo lo piensan, osan sin deliberar. ¿Sus disimulaciones, su lengua, su engaño, su olvido, su desamor, su ingratitud, su inconstancia […] su desvergüenza, su alcahuetería?

Antítesis.
            Es la contraposición de dos ideas o pensamientos, que adquieren así mayor expresividad  y  viveza. Este contraste se da a veces, oponiendo dos palabras antónimas (Garcilaso: “Conozco lo mejor; apruebo lo peor”) o frases enteras (Bécquer: “La brilladora lumbre es la alegría / la temerosa sombra es el pesar”).

Paradoja.
            Es una antítesis que hermana dos ideas contrarias en un mismo pensamiento, dando lugar a una contradicción que es solo aparente, pues encierra una realidad más profunda o un modo nuevo de ver la verdad. Es un recurso frecuentemente utilizado en la literatura mística y barroca. En la época contemporánea se considera un recurso propio del estilo unamuniano.
                        “Vivo sin vivir en mí,
                        y tan alta vida espero,
que muero porque no muero.”   Santa Teresa.


Oxímoron.     
            Consiste en la unión de dos términos de significado opuesto, que lejos de excluirse, se complementan para resaltar el mensaje que transmiten:
                        “La música callada,
                        la soledad sonora.”  S. Juan de la Cruz.

                        “Broma macabra”  Valle-Inclán.

Descripción.
            Consiste en la presentación de detalles sobre personajes, sensaciones, objetos, paisajes, etc, en el marco de un texto del que pueden formar parte otras modalidades discursivas, como la narración, el diálogo y el monólogo. La retórica tradicional distingue diversos tipos de descripción: del aspecto físico de un personaje (prosopografía), de su índole psicológica y moral (etopeya), de los rasgos físicos y morales (retrato),  de un lugar o paisaje (topografía) y de los rasgos de un periodo histórico (cronografía).

Prosopopeya o personificación.
            Consiste en atribuir cualidades de seres animados y corpóreos a otros inanimados o abstractos; o cualidades humanas a seres que no lo son.
                        “La tarde loca de higueras
                        cae desmayada en los muslos
                        heridos de los jinetes.”            Lorca.

Símil o comparación.
            Presenta la relación de semejanza entre dos elementos entre dos elementos mediante la fórmula “A es como B” u otras similares:
                        “La noche suspendida
                        como un racimo de uvas negras”.    L. Marechal.




Reticencia.
            Es la frase que deja la frase sin acabar, sea porque se sobrentiende la idea (en cuyo caso equivale a una sugerencia llena de posibilidades humorísticas), sea por manifestaciones anímicas (figura patética, entonces). En el texto escrito se reconoce por los puntos suspensivos:
                        “Hay golpes en la vida, tan fuertes... ¡Yo no sé!     César Vallejo.


Interrogación retórica.
            Es una pregunta que no precisa o de la que no se espera respuesta, porque la contiene implícitamente:
                        “¿Serás, amor,
                        un largo adiós que no se acaba?”. Pedro Salinas.

Exclamación.
            Se trata de la expresión de emociones mediante una entonación adecuada (nivel fónico) y recurriendo frecuentemente  a interjecciones (nivel morfosintáctico).
            “¡Ay, qué terribles cinco de la tarde!   Lorca.

Apóstrofe.
            Consiste en dirigir la palabra, con emoción o vehemencia, a una persona o a una cosa, o a seres abstractos personificados. El apóstrofe puede realizarse  en forma de pregunta, ruego, exclamación o mandato, y generalmente a través del vocativo o del imperativo:
                        “Para y óyeme, ¡oh Sol!, yo te saludo
                        y estático ante ti me atrevo a hablarte”.   Espronceda.

                        “Yo quiero ser llorando el hortelano
                        de la tierra que ocupas y estercolas,
                        compañero del alma, tan temprano”.    M. Hernández.

*Resumen para el espacio de Literatura española.